"El hombre más sabio que he conocido en toda mi vida no sabía leer ni escribir".

Cuando le entregaron el premio Nobel de Literatura a José Saramago, lo primero que este hizo fue recordar a Jerónimo, su abuelo materno. Se trataba de un hombre analfabeto que criaba cerdos y que se llevaba los lechones más débiles a la cama, para que sobrevivieran al frío del invierno.

Contaba luego el genio portugués que los recuerdos de su abuelo permanecían lúcidos en su memoria, aún ya en su vejez. Sin embargo, Jerónimo ya no era un criador de cerdos sino un personaje literario.

Tal día como hoy, en 1998, recibía el mayor premio literario del planeta José de Sousa Saramago.
Publicado el día 3 de Octubre de 2019 en Stars Insider España. Diseño y texto propio.

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